El art. 3 del Convenio de Estambul define violencia contra las mujeres como: “Una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, y se designarán todos los actos de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada”. 

La violencia contra las mujeres por razones de género también define como “toda violencia contra una mujer porque es una mujer o que afecte a las mujeres de manera desproporcionada”. 

Algunas violencias contra las mujeres fuera del ámbito de la pareja están más invisibilizadas en la sociedad en general y para profesionales que intervienen en el ámbito de la acción e inclusión social. A pesar de los avances en el abordaje de la trata, todavía no tienen la suficiente información, conocimiento y sensibilización con relación a las diferentes y múltiples manifestaciones de la violencia machista, ni la trata como forma de violencia de género.

Esto tiene terribles resultados:

• Indiferencia, confusión, normalización, minimización de su impacto e importancia.

• Falta de detección, identificación, protección y apoyo adecuado y suficiente.

• Revictimización e impunidad.

• Dificultades en el acceso a derechos por parte de las víctimas.

Necesitamos trabajar en el cambio de percepción social que se tiene de la violencia de género y de la trata como una de sus peores manifestaciones. Esto lleva tiempo. Para avanzar hacia estas transformaciones, lo primero es visibilizar, informar y sensibilizar. Ese es el objetivo de esta campaña.

Las piezas gráficas son la primera capa de información y se centran en visibilizar la trata como violencia de género. La web es la segunda capa, nos da el tiempo y el espacio que necesitamos para profundizar. Es la pieza educativa y la que acaba de dar todo el sentido a la campaña, por lo que su visibilidad adquiera mucha importancia en la estrategia de comunicación, todo ha de llevar allí, es la pieza más importante. No es un repositorio de la campaña con más info sino una web pensada para que toda la sociedad amplíe su idea de violencia de género y comprenda a la perfección porqué la trata está tan atravesada por el género. Ni más ni menos.

#TratadasPorSerMujer es el concepto de campaña y parte de la premisa de que la violencia de género es la violencia que sufren las mujeres por el hecho de ser mujer. “Por ser mujer” es una expresión precisa, asumida y abrazada por el feminismo. Estratégicamente, para visibilizar la trata como violencia de género, conviene unirse a los consensos socioculturales y comunicacionales en torno a la sensibilización contra la violencia machista. Utilizamos además el término “tratadas” para captar la atención, educar y ampliar vocabulario social en torno a la trata, por economía del lenguaje (mujeres víctimas de trata) y para poner las mujeres en el centro conceptual de la campaña.

Queríamos que la campaña visibilizase la trata como violencia de género, así que la planteamos como una campaña de lucha contra la violencia de género. Que albergase cierto espíritu activista y huyendo, en la medida de lo posible, de la representación habitual de las mujeres víctimas: ocultas y lánguidas. Una comunicación a menudo demasiado oscura y negativa, a causa de la dureza de la realidad. La buena mano de María Hergueta nos ayudó a conseguirlo.

El mensaje genérico de la campaña se basa en el propio claim, para hacer de éste una proclama, sentenciando con rotundidad la certeza de que las víctimas de trata lo son, por el mero hecho de ser mujer. A partir de ahí, la narrativa de campaña se centra en relacionar estrechamente trata y violencia de género. Mostrarlas inseparables la una de la otra e insistir en esa idea con cada una de las piezas, desde finalidades de trata diferentes: la trata para explotación sexual y pornografía; la trata para servidumbre y esclavitud sexual; y trata para matrimonio forzado.

Poder trabajar en comunicación junto a expertas en trata de Fundación Amaranta y Proyecto Esperanza es lo mejor que te puede pasar en la vida profesional.