La celebración de una ciudad más habitable a través de juegos, creatividad, música y mucho humor con la bici como gran protagonista.
Cliente:
Matadero Madrid
Año:
2011-2018
Area:
Movilidad, Ciudad
Alianzas:
  • Matadero Madrid
  • Ciertas Producciones

Servicios:

  • Concepto
  • Evento
  • Comisariado
  • Dirección creativa
  • Campaña
  • Audiovisual
  • Dirección de arte
  • Redacción

El tráfico es la principal fuente de emisiones de dióxido de nitrógeno. Es el causante de más del 80% de la contaminación acústica y un gran generador de miedo y estrés para conductores y peatones. En el mundo el 93% de las y los menores respiran a diario aire que afecta a su salud física y mental.

Una bici es el mecanismo que sirve para comenzar a entender de otra forma las ciudades. Nos ayuda a abandonar la idea, aparentemente inamovible, de que son territorio exclusivo de los coches. Es una de las herramientas que podemos utilizar para construir otro modelo urbano más humano que invite a caminar y a desplazarse en transporte público, una ciudad más sostenible, con más áreas verdes, más agradable, tranquilo y silencioso.

El FestiBal con B de Bici es una iniciativa creada por Viernes para promover el uso de la bici como medio de transporte que llegó a recibir casi 60.000 asistentes en su edición de 2017. Una acción colectiva en respuesta a los niveles de polución, la emergencia climática y la desigualdad social en la ciudad, para hacer de Madrid un lugar más humano, más amable y más saludable.   

El FestiBal nació en 2011, gracias a la colaboración de Matadero Madrid y el apoyo de su entonces director Pablo Berástegui, con un claro y muy ambicioso objetivo: ayudar a convertir Madrid en una ciudad de bicis. Pero ¿cómo lograr semejante hazaña? Comenzamos por escribir mal la palabra FestiBal para llamar la atención trastocando la normalidad, probando a introducir la bici donde antes no estaba para normalizar su uso, para acostumbrarnos a ella. Por algo se empieza.

Apenas 600 personas asistieron a la primera edición. Por aquel entonces casi no veías bicis en los semáforos y no había ni un carril bici, ni Bicimad, ni apenas tiendas, ni talleres. De ahí en adelante, durante años, el FestiBal fue sirviendo gradualmente de lugar de encuentro entre artesanos, emprendedores, familias, jóvenes, mayores, vecinas y vecinos con ganas de otro modelo de ciudad.

El FestiBal creció en paralelo y fue testigo de una lenta, tímida pero considerable mejora en el trato a la bici, sobre todo gracias al duro trabajo de colectivos como Pedalibre unido a una mayor presión social para que la ciudad avanzara en el buen camino. Pero actualmente la situación ha dado un giro radical en la dirección contraria. En Madrid, que encabeza el listado de ciudades europeas con mayor mortalidad asociada al dióxido de nitrógeno (según un estudio del Instituto de Salud Global), se han eliminado varios carriles bici segregados para dar prioridad al coche, se está descuidando la bici pública y deteniendo su expansión, se ha retirado por completo el apoyo político promoviendo incluso medidas que podemos considerar antibici y negando la creación de una auténtica red ciclista. Y lamentablemente hemos perdido la oportunidad de aprovechar la pandemia para implantar la movilidad ciclista, como lo han hecho otras ciudades como Milán, Bruselas o París.

Necesitamos desarrollar la capacidad de imaginar otros mundos si deseamos cambiar el nuestro y el FestiBal con B de Bici es un gran ejercicio de imaginación ciudadana en el que damos forma entre todas y todos a un futuro posible e inmediato que reconoce a la bici como un vehículo capaz de transformar verdaderamente el mundo, cambiando la percepción que tenemos de nuestra ciudad y sus habitantes. Utilizando la creatividad, la música, el juego y el humor para experimentar la alegría de encontrarse, reconocerse y relacionarse.

Un sueño colectivo de carreras lentas, bailarines en bici, juegos intergeneracionales, clases de pasear y respirar, atracciones surrealistas y congas ciclistas. Un sueño ciudadano en el que todo en mundo va en bici y camina. Si podemos imaginar algo tan así, quién sabe de lo que somos capaces.