Mi colegio es tan diverso como el mismo universo.
Cliente:
FELGTB+
Año:
2020
Area:
LGTBI+
Alianzas:
  • MCNULTY
  • Raúl Madplane
  • Julia Happymiaow

Servicios:

  • Concepto
  • Audiovisual
  • Dirección creativa
  • Dirección de arte
  • Redacción

Por segundo año volvimos a volcarnos junto a FELGTBI+ en la campaña anual de Vuelta al Cole, esta vez para hablar de expresión de género, es decir, la forma en la que una persona se muestra al mundo y expresa su identidad: su manera de hablar, vestirse, etc. La expresión puede o no encajar en la identidad establecida de manera normativa. Hay personas cuya expresión de género no se corresponde con la que el esquema binario hombre-mujer indica. 

El sistema educativo es uno de los agentes socializadores básicos en nuestra sociedad y su papel es central en la construcción de la personalidad. Las personas cuyas identidades están consideradas como no normativas, como lo son las personas LGTBI+, suponen un desafío para la realidad de los centros escolares.

El reto consistía de nuevo en crear un recurso educativo positivo, emocional, cercano y explicativo, para usarlo en los talleres que realizan las entidades de FELGTBI+ en colegios, así como para la comunidad educativa y las familias con el fin de trabajar la expresión de género en las aulas y poner en valor la diversidad, facilitando el derecho de las personas LGTBI+ a vivir en entornos y escuelas seguras.

Partiendo de la historia que habíamos iniciado con Nora y su mochila menguante, decidimos continuar el cuento en el mismo escenario, algunos años después, mostrando las experiencias de preadolescentes homosexuales, bisexuales, transexuales, intersexuales, etc. 

Así nace “El colegio de los colores infinitos”, un cuento en el que todas estas identidades se ven reflejadas. Una sencilla historia de animación en blanco y negro que tiene lugar en un día de clase, en un colegio cualquiera. Narra diversas situaciones en las que se crea un conflicto de género que es resuelto por sus protagonistas y cuando esto ocurre, mágicamente la escena se va coloreando hasta que finalmente, toda la pieza se llena de color como símbolo de alegría, tolerancia y diversidad.

Si permitimos desde el principio que nuestras niñas, niños, niñes o niñxs sean quienes son y quienes quieran ser, les estaremos evitando largos años de sufrimiento, angustia y dolor. Si logramos que vivan con orgullo y felicidad su propia identidad y que esta sea entendida y aceptada por toda la sociedad, conseguiremos alejarlos de un sombrío destino en blanco y negro para ofrecerles un futuro a todo color.